¿HALLO-QUÉ?



¿HALLO-QUÉ?

Caminaba la flaca
muy confundida,
Pues en su camino
nada familiar le parecía,
<¿On toy?> exclamaba
mientras brujas y monstruos miraba.
Aquello no parecía lo de antaño,
más bien ni de estas tierras,
lo vio en lejanas estancias
pero aquí, se le hacía extraño.

<¿Dónde están los altares?,
¿Las flores, el aroma y los recuerdos?>
<¡Ah que chamacos tan ingratos,
y así es cómo conmemoran a sus muertos!>
se hizo escuchar el clamor de la calaca.

Los presentes con espanto
huyeron del lugar,
porque la pelona en su andar,
a cada que se le acercaba
jalada de orejas propinaba,
ni el directivo ni el alumnado
se salvaron de la lección.

<¡Si siguen con tal despojo
a las tradiciones de su nación,
el próximo año, me los llevo sin consideración!>
Y así se dio la vuelta dejando el lugar,
pero aún buscando a quien más visitar.


Reciclando la calaverita para la ofrenda de la Uni.

Sueña



La ambición no es mala, pero la avaricia.
La ambición es algo que los románticos nombraron "sueño", pero como sabemos, los sueños aparecen cuando estamos en reposo, y que muy pocas veces, se vuelven verdad.
Estar en reposo despierto, no te llevará a tu sueño, o mejor dicho, a la ambición propia en tu vida.
Y es que a quién le importa que lo consigas, mejor reposa y sueña, porque "ambicionar es malo".


(Imgagen: Mujer durmiendo, de Gustave Courbet.)